Divulgación científica: ¿por qué?

Por Nicolás Godoy, alumno de doctorado del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso y del Núcleo Milenio de Formación Planetaria.

Es relativamente común oír que la ciencia es importante para el desarrollo de un país, que nos ayuda en el crecimiento desde lo personal y humanitario, hasta en lo económico. Sin embargo, las personas en Chile no conocen muy bien el por qué o cómo es que la ciencia tiene un impacto real en sus vidas. Y debido a no saber el por qué y el cómo de esta afirmación es que creo que en nuestro país no se le toma el peso verdadero al desarrollo científico. En Astronomía ocurre algo similar. Algunas personas ven esta hermosa carrera como ciencia ficción, inalcanzable e incluso fantástica, pensando que nos dedicamos a aprender los signos del zodiaco. Todo esto se basa en una mala comunicación, por lo que parte de nuestra labor es entregar buena información, constante en el tiempo y a la mayor cantidad de población posible.

Crecí en una pequeña ciudad al sur de la región del Maule: Linares. Linares no tiene universidades grandes, ni eventos importantes, ni atractivos turísticos. Es una ciudad tranquila que recibe muy poca información. Siempre supe que es la Astronomía pero no cómo la gente se desenvolve en ella (algo importante al momento de planear nuestro futuro como adolescentes). Recuerdo el primer día que conocí a un astrónomo: fue en mi primera clase de Introducción a la Astronomía, el primer año de universidad. A ese punto llegaba la falta de divulgación y participación de los científicos (y particularmente astrónomos) en dar a conocer lo que hacen, una situación aún más llamativa en regiones y lugares que no son centros de desarrollo económico o científico (probablemente distinto es el caso del norte de Chile).

Hemos dejado “a su suerte” a los jóvenes de regiones que tienen una chispa de interés por la ciencia. Muchas veces escuché a algunos niños decir que les gustaba cierta carrera científica pero que no la estudiarían porque sabían que no podrían. O incluso, cuántas veces me dijeron que Astronomía sería mucho para mi, un niño de región. Muchos compañeros y amigos se limitaron en cuanto a qué carrera estudiar, o incluso dónde estudiar, sólo porque no se creían capaces de llegar “tan lejos”. Pero, como científicos, nuestro deber es generar nuevo conocimiento de calidad pero también guiar a las futuras generaciones mostrándoles lo que hacemos y mostrándoles que la ciencia es para todos.

Recuerdo los paseos a la cordillera los veranos. Debo decir que pocas veces en mi vida he visto cielos tan limpios, oscuros y repletos de estrellas. Eso me motivó a seguir adelante hasta donde estoy ahora. Si bien fue algo casi inconsciente, creo que fue la decisión correcta. Pero, ¿cómo saber que la ciencia es para ti? Fácil, el primer paso es la curiosidad, admiración y la contemplación. Contemplar por ejemplo, el cielo estrellado, y luego empezar a cuestionarse. Esto es el primer paso. De allí comienza el enriquecimiento: adquirir más conocimiento y alimentar las inquietudes, buscar respuestas y seguir maravillándose. Este punto es importante, porque sin el conocimiento correcto, o sin el estimulo adecuado, esta fascinación, esta “chispa” se puede apagar. Es aquí donde los profesores, las familias, los científicos, y nosotros mismos debemos intervenir activamente para convertir este “maravillarse” en algo más: una carrera, un estilo de vida. Es allí donde la divulgación tiene un aporte crítico: la interacción entre el científico y los niños, jóvenes e incluso adultos, es lo enriquecedor de este proceso. Es el esfuerzo que hacemos al construir una respuesta en conjunto con la audiencia, a esas preguntas “inocentes” que son simples pero no obvias. Ese proceso de autocuestionarse, de ayudar a guiar un pensamiento crítico y de construir una respuesta simple a una pregunta simple, es la mejor manera de cultivar la curiosidad de los niños: esa chispa que nace y que tiene la necesidad de ser alimentada de forma activa e inclusiva.

Es cierto también que como científicos nos cuesta mucho dar a conocer lo que hacemos de forma simple. Sin embargo, es un hermoso ejercicio que nos ayuda a clarificar nuestros pensamientos y a retornar a nuestro punto de origen: el ser curiosos y poder maravillarnos con lo que hacemos. En los últimos años he participado de diversas instancias de divulgación en la región de Valparaíso y debo decir que estoy muy contento de haberlo hecho. Es sorprendente la capacidad de los niños y jóvenes hoy en día: manejan mucha información, poseen una curiosidad innata y están siempre atentos y felices por saber mas sobre Astronomía. Si bien los últimos años se le ha dado bastante énfasis a la divulgación, en, por ejemplo, la capacidad observacional de Chile, creo que falta aún mucho trabajo por hacer, muchos lugares donde ir. Debemos mostrar que la Astronomía, y la ciencia en general, son algo que no debe ser apartado de la sociedad. Sin ciencia no hay crecimiento, y debemos aspirar a crecer. Admiro trabajos como los de Startres dando a conocer la ciencia de una forma linda y simple. También la Fiesta de la Astronomía en la región del Maule “Maule mira tu cielo”: estos son ejemplos a imitar en todas la regiones, tanto en astronomía, como con todas las ramas de la ciencia. A esto debemos aspirar como mínimo para tener un Chile entendido en ciencias. Si seguimos trabajando más para difundir las ciencias podremos vivir en un Chile que en vez de tenerles miedo, sueñe y disfrute de ellas.

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